Iglesia de Santa María la Real

La Iglesia de Santa María la Real de Olite es uno de los máximos exponentes del arte gótico en Navarra. Adosada al Palacio Real fue utilizada por los monarcas navarros en las grandes festividades y actos solemnes: celebración de Cortes del reino, bautizos, bodas y exequias reales.

Sorprende su monumental y elegante fachada labrada entre los siglos XIII y XIV que supone uno de los complejos escultóricos góticos más notable de Navarra. Cuenta con una gran riqueza decorativa, iconográfica y también una magnífica policromía medieval conservada.

Llama la atención la exuberante decoración vegetal que cubre las ocho arquivoltas de la portada, entre la que sobresale la profusión de la hoja de vid y las alusiones al mundo de la viña que sus esculturas muestran y que evidencia el pasado de tradición vinícola que sostuvo la economía de Olite en la Edad Media. Veremos caracoles, pajarillos y guardaviñas entre los que destaca el hombre de la primavera o greenman vigilando el devenir de la iglesia durante años.

Hay que prestar atención y descubrir a los diferentes personajes que aparecen entre los que es difícil determinar lo real de lo simbólico como Herodes, los Reyes magos, saltimbanquis, músicos, san Francisco de Asís, centauros…

 Alrededor de la iglesia se levanta un curioso claustro exterior presidido por la escultura de la reina Doña Blanca de Navarra, (hija de Carlos III el Noble) y la Virgen con el Niño.